El último informe publicado por el Banco Central de la República Dominicana sobre el sector turístico dominicano corresponde a los dos primeros meses del accidentado año 2020. El flujo del reporte tiene una periodicidad mensual, y desde finales de febrero ya se acerca a acumular un retraso de dos meses.
En el mismo se registra la actividad inusual a la que por obligación se ha acogido el sector a raíz del coronavirus, que no sea casi la totalidad de las instalaciones hoteleras cerradas, playas vacías, los paraísos vacacionales desocupados, las tiendas de souvenirs desiertas, los guías turísticos recogidos, y los empleados hoteleros suspendidos. Toda esa información recopilada en una sola página en blanco o inexistente.
Eso habla de un año que empezó muy malo para el sector y que ya se sabe qué también es dañino para la economía y la salud global en general, producto del COVID-19.
En el informe del Banco Central, los únicos flujos de llegada de pasajeros que crecieron fueron los de residentes extranjeros (3.6%) y de dominicanos no residentes (10.2%).
También explica que esos resultados como consecuencia del “efecto de la base de comparación”, con relación a enero y febrero del 2019, que, a diferencia del segundo semestre de ese año, registraron “un máximo histórico para ambos meses”. Además, lo considera como “efectos latentes rezagados” de la caída registrada en las reservas aéreas hacia la República Dominicana por la cobertura de noticias negativas en medios de comunicación extranjeros, durante el segundo semestre del año pasado, sobre muertes de turistas estadounidense en las áreas turística del país.
Otra reciente publicación realizada el 17 de abril, por la Organización Mundial de Turismo revela que como resultado de la pandemia alrededor de 90 destinos en el mundo han cerrado total o parcialmente sus fronteras a los turistas, mientras que otros 40 se encuentran cerrados a ciertos turistas, dependiendo del país de origen.
Zurab Pololikashvili, secretario general del organismo multilateral, declaró que la pandemia ¡ha afectado a los viajes y al turismo como ningún otro evento anterior en la historia”. Hizo un llamado a que los gobiernos no se queden en palabras y comiencen a tomar medidas.