El turismo dominicano frente a un segundo año difícil, ahora por el covid-19

La industria del turismo en República Dominicana, la principal fuente de divisas del país, parece apuntar a un segundo año consecutivo de problemas, esta vez a causa de la pandemia del coronavirus que obligó este martes a la nación caribeña a cerrar sus fronteras por aire, mar y tierra.

Esta excepcional medida, que se ejecutará a partir de este jueves y por los próximos 15 días, tiene el propósito de frenar la expansión local del covid-19, que suma dos fallecimientos, 34 casos confirmados y casi 300 en observación.

El turismo, “la locomotora” de la economía dominicana como lo define el presidente del país, Danilo Medina, sufrirá una “baja intensa” a causa del coronavirus, de acuerdo a lo expresado hoy por el presidente del Grupo Puntacana, Frank Rainieri.

Este pionero del sector turístico en el país afirmó que su grupo tomará las medidas para preservar su “bienestar”, pero advirtió que “todos debemos estar dispuestos a asumir los sacrificios necesarios para enfrentar esta situación”.

Este mismo miércoles, el Banco Central (emisor) de República Dominicana advirtió que el sector turismo perdería unos 400 millones de dólares si la situación se extiende más allá del mes de junio, lo que se compensaría, en parte, con la baja en el barril del petróleo y por un aumento en las remesas, que en los primeros dos meses de este año suman 584 millones de dólares.

Además, el organismo reveló que para hacer frente al desequilibrio económico que se espera causará el coronavirus en el país, destinará 229.4 millones de dólares a sectores productivos, entre ellos el turismo.

Datos oficiales publicados este martes aseguraron que la “industria sin chimenea” dominicana acentuó su tendencia a la baja en los dos primeros meses de 2020, registrando una caída del 9.0% en el número de viajeros extranjeros.

El dato supone un empeoramiento con respecto a la tendencia de 2019, año que se cerró con una caída del 4.6% debido a la repercusión de las noticias negativas que trataban de la muerte de varios turistas estadounidenses en los hoteles de Punta Cana.

Para cuando las autoridades locales y las de Estados Unidos confirmaron que esas muertes se debieron a causas naturales, ya el daño al sector el año pasado, estaba hecho.

Otra noticia desalentadora para el sector la ofreció este miércoles el ministro de Trabajo, Winston Santos, al revelar que varios hoteles han notificado al organismo el cierre de sus operaciones, lo que se traducirá en pérdida de divisas y desempleo.

Horas después, el presidente de la Confederación Nacional de la Unidad Sindical (CNUS), Rafael Abreu, denunció la suspensión masiva a trabajadores de establecimientos hoteleros de Puerto Plata (norte), Bávaro y Punta Cana (este), como consecuencia de la paralización del turismo a causa de la expansión del coronavirus.

En declaraciones a Efe, el sindicalista apuntó que aunque estas suspensiones se producen en virtud de las medidas dispuestas por el Gobierno para prevenir el avance de la enfermedad, “no se está teniendo en cuenta que el impacto afecta a todo el sector”, no solo a un par de empresas.

Abreu opinó que para el sector turístico, esa suspensión por espacio de dos semanas “es solo un ensayo”, convencido de que “se va a prolongar el impacto” dada la situación creada por el covid-19 a nivel global, y hay que tener presente que “cuando mandas a la gente a su casa” esos trabajadores y sus familias “mantienen sus necesidades”.

Además del cierre total del país, el presidente dominicano, Danilo Medina, anunció este martes la suspensión por 15 días de todas las actividades comerciales, con excepción de supermercados, colmados, gasolineras, farmacias, así como todos los eventos culturales, artísticos, deportivos.

En la Administración Pública, los empleados de más de 60 años o con condiciones especiales de salud permanecerán en sus hogares y, del mismo modo, Medina solicitó a las empresas privadas que faciliten el teletrabajo.

La docencia en todos los niveles educativos, del básico al universitario, fue suspendida hasta el 13 de abril.

Del mismo modo, se prohibieron los actos proselitistas multitudinarios de cara a las elecciones presidenciales y legislativas del próximo 17 de mayo, cuya campaña se inició este martes, oficialmente.

El Gobierno no obliga al confinamiento de la población, pero sí instó a los ciudadanos a evitar cualquier desplazamiento que no sea necesario.