El turismo también puede ser sostenible. Que lo sea de manera mayoritaria es una de las metas establecidas en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas. Se está recordando estos días que se celebra en la Cumbre del Clima de Madrid, la COP25, empeñada (se espera) en frenar el cambio climático.
Y sin embargo, ¿quién sabe en España qué es el turismo sostenible? 9 de cada 10 familias españolas no lo sabe. El dato se lee en el VII Estudio de Turismo Familiar en España, de la Federación Española de Familias Numerosas (FEFN). Han analizado las pautas de consumo turístico de las familias en España en 2018, a partir de 1.435 encuestas.
Este año se incorporó en la encuesta un apartado de turismo sostenible. Las respuestas son un claro indicativo del desconocimiento que hay. Así, 9 de cada 10 familias no sabe qué es el turismo sostenible. Lo recordamos: es aquel turismo que sigue los principios de sostenibilidad, minimizando el impacto sobre el medio ambiente y cultura local.
Es más, el 88,5% respondieron desconocer que el turismo aparezca en 3 de los ODS de la ONU. El 58,9% aseguró no haber oído hablar de los ODS y prácticamente la mitad, el 47,8%, respondió que no sabe si ha visitado algún lugar que promueva acciones de turismo sostenible.
“El turismo sostenible no es una opción sino una necesidad urgente”
En las últimas cinco décadas, el turismo internacional ha pasado de desplazar 25 a casi 700 millones de viajeros al año a lugares cada vez más remotos gracias al desarrollo de los medios de transporte. Un fenómeno de tal magnitud no podía por menos que generar impacto allá donde se ha establecido. Ese impacto ha sido económico, medioambiental y sociocultural.
El coste ambiental del negocio turístico
Según el informe de la Fundación Alternativas “Sostenibilidad en España 2017: cambio de rumbo, tiempo de acción”, cada millón de turistas que recibe España genera unos 25 millones de kilos de CO2, 1,5 millones de kilos de residuos, 300 millones de litros de aguas residuales y consume 11 millones de litros de combustible, 300 millones de litros de agua y dos millones de kilos de alimentos.
Para conocer “el coste ambiental del negocio del turismo” solo hay que multiplicar por 75 millones de turistas. Y es que todas las actividades ligadas al turismo dejan una huella ambiental: el viaje al destino, las compras, el alojamiento o la producción de alimentos.
Como dice la directora del Instituto de Sostenibilidad Turística, Vilma Sarraf, el turismo sostenible “no es una opción sino una necesidad urgente”. Así, toda actividad turística que realmente quiera definirse como sostenible debe considerar necesariamente el uso adecuado de los recursos naturales, el respeto por la diversidad sociocultural y la utilización de prácticas empresariales adecuadas.