América Latina y el Caribe deberían crecer más vigorosamente en años venideros aunque por debajo del crecimiento de la economía mundial debido a los reducidos niveles y la mala calidad de las inversiones, según el Informe Macroeconómico 2018 del Banco Interamericano de Desarrollo.
Se espera que el PIB de la región crezca 2.6% en promedio entre 2018 y 2020, lo que está en línea con los índices de crecimiento históricos (siendo 2.4% el índice de crecimiento promedio entre 1960 y 2017). No obstante, esta tasa se encuentra rezagada con respecto a regiones como Asia y Europa emergentes, que proyectan un crecimiento de 6.5% y 3.7% en ese mismo período.
La primera parte del Informe Macroeconómico, La Hora del Crecimiento, fue lanzada durante la Reunión Anual del BID celebrada en Mendoza, Argentina. La segunda parte, sobre qué pueden hacer los países para favorecer las inversiones, se presentará el domingo 25 de marzo.
Escenarios riesgosos
Incluso estas proyecciones de crecimiento de referencia podrían frustrarse. Un shock negativo sobre los precios de activos globales –tal vez a causa de una inflación más acelerada de lo esperado– podría reducir el crecimiento regional en un 0.7% anual (2.1% del PIB en los próximos 3 años).
Tales riesgos no se encuentran uniformemente distribuidos. Se espera que el Cono Sur (excluyendo a Brasil) presente un índice de crecimiento de 2.9% en 2018-2020 y podría perder 0.8% de crecimiento anual. Se espera que México crezca al 2.7% en 2018-2020 y podría perder 1% del PIB cada año en ese período, en tanto que Brasil crecería sólo 2% por año durante los próximos 3 años y podría perder 0.5% anualmente como consecuencia de dicho shock.
Un escenario alternativo vaticina un crecimiento de Estados Unidos mayor a lo esperado, índices de interés algo más elevados y más movimiento en las políticas comerciales. Esta combinación podría resultar neutra para la economía de Estados Unidos, que sigue creciendo sólidamente, pero el reporte afirma que sería negativo para América Latina y el Caribe. El impacto combinado podría quitarle un 0.3% del escenario base, a un 2.3% de crecimiento para 2018-2020, con mayor impacto en México y la región Andina.
“La buena noticia es que la mayoría de la región ha vuelto a crecer”, dijo José Juan Ruiz, economista jefe del BID. “No obstante, el crecimiento no es lo suficientemente veloz para satisfacer los deseos de la creciente clase media de la región. El mayor desafío es aumentar los niveles y eficiencia de las inversiones para que la región se vuelva más productiva, crezca de manera más veloz y estable y resguarde a la región de shocks externos”, añadió.
El desafío de las inversiones y la productividad
Uno de los principales motivos del insuficiente desempeño económico de la región es el bajo crecimiento de su productividad.
Mediante un innovador análisis del desempeño de crecimiento de la región que tiene en cuenta el significativo aumento en aptitudes laborales, América Latina y el Caribe prácticamente no aumentaron su productividad entre 1990 y 2017.
En cambio, Asia Emergente registra un crecimiento productivo anual promedio de 0.22% para el mismo período. Solamente África subsahariana alcanzó resultados menos favorables. Durante el mismo período, la tasa de crecimiento promedio per cápita en América Latina y el Caribe se ha mantenido casi 1,4 puntos porcentuales por debajo de aquel de los países de Asia Emergente, en gran medida debido a la ausencia de crecimiento de la productividad total de los factores y bajas inversiones.
El informe halló que la región no solamente invierte menos que sus pares más exitosos, sino que también lo hace con menos eficiencia. Un punto porcentual de inversión incremental como porcentaje del PIB rinde aproximadamente 0.28 puntos porcentuales de mayor crecimiento del PIB en Asia emergente, pero sólo unos 0.20 puntos porcentuales en América Latina.
Con el tiempo, las diferencias acumuladas dan pie a significativas brechas de crecimiento, según detalla el informe. Si América Latina hubiera sido capaz de igualar la eficiencia de las inversiones de Asia emergente en las últimas seis décadas, hoy el PIB regional sería el doble de lo que es.
“Durante los últimos 50 años, gran parte de los índices de crecimiento de América Latina han provenido de su creciente fuerza de trabajo”, dijo Andrew Powell, Asesor Principal del Departamento de Investigación del BID y coautor del informe.
“Estas tendencias favorables se están revirtiendo a medida que envejece la población. La región debe invertir más y hacerlo eficientemente para impulsar el crecimiento. Esto también ayudaría a garantizar la sostenibilidad fiscal”, agregó.