Con la reapertura en la mayoría de destinos, comienza a definirse quienes podrán recuperar algo del terreno perdido con mayor velocidad.
2020 será un año sin dudas del cual se hablará mucho en libros a futuro, pues como en toda gran crisis habrá casos de éxito y lógicamente de fracaso.
Es justo comenzar mencionando que la pandemia a afectado al turismo en su conjunto pero hay mercados donde por cuestiones económicas y epidemiológicas han podido reaccionar de un modo más veloz y flexible para recuperar la demanda.
La Asociación de Transporte Aéreo de América Latina y el Caribe (ALTA) anunció hoy que las aerolíneas que operan en el mercado de América Latina y el Caribe transportaron 4.9 millones de pasajeros en julio, un 87,6% menos, o -34.855.638 pasajeros menos, respecto al año anterior. El tráfico (RPK) disminuyó 88.1% y la capacidad (ASK) disminuyó 83.3%, llevando el factor de ocupación a 62.6%, 25.2 puntos porcentuales menos que en 2019.
Ya revisando estadísticas, según datos de ALTA, 1.028.437 pasajeros viajaron desde y hacia América Latina y el Caribe en julio, 92,2% menos que el año anterior. El tráfico (RPK) disminuyó un 88,4% y la capacidad (ASK) disminuyó un 83,1%, lo que llevó el factor de ocupación al 61,6%.
Mientras que de acuerdo a datos de STR la industria hotelera de Centroamérica y Sudamérica reportó resultados interanuales todavía muy bajos en Julio. Según la consultora la ocupación ha bajado un 68,6% a sólo el 19,0% con un tarifa diaria promedio que se que ha contraído un 33,8% a 53,40 dólares.
STR destacó que los niveles de ocupación absoluta y RevPAR fueron los más bajos para cualquier mes de julio en su base de datos esta región.
Esta información describe con total claridad que nuestro continente ha tocado el piso desde donde a partir de ahora y con varios detalles a tener en cuenta habrá que reconstruir. El primer punto a tener muy en cuenta es la situación económica de cada país, el segundo no menor es que conectividad ofrecerá y el tercero no menor es como ha manejado la crisis sanitaria y que infraestructura de salud puede ofrecer.
Por lo tanto, para evaluar la situación de la industria del turismo en las Américas, es oportuno mencionar que tal vez México, Centroamérica y el Caribe vivan de ahora en más un reinicio diferente al de la mayoría de los países de Sudamérica, claramente en inferioridad de condiciones.
Para ser más claro, México, Centroamérica y el Caribe cuentan con una mayor conectividad y cercanía con los Estados Unidos, mercado emisor que históricamente ha marcado una gran diferencia y en los próximos meses puede ser más decisivo que nunca. Vale recordar que IATA, ALTA, WTTC y la propia OMT han remarcado que la demanda por viajes será de aquellos de menor duración y sobre todo más bajo costo.
Por lo tanto hasta tanto no exista una vacuna o medicación adecuada para tratar el Covid-19, los países de Sudamérica, deberán resistir por un lado con la base de turismo domestico y por el otro de la posibilidad de atraer turistas internacionales pero de países vecinos. En esa situación es muy probable que la excepción por cuestiones de conectividad, atractivos y ubicación geográfica sea Colombia.
Más allá de estas especulaciones, tanto destinos, como empresarios remarcan que 2020 ya es historia a pesar de quedar varios meses y en la planificación de 2021, la aprobación de una vacuna puede cambiar la ecuación. Allí es donde radica la mayor de las incógnitas, ¿en que condiciones podrán competir?. Será determinante el apoyo de cada gobierno para comprender que proteger la industria del turismo es vital.
La OMT remarca que los escenarios en 2021 apuntan a un cambio de tendencia basado no sólo en la disponibilidad de una vacuna sino también en el retorno de la confianza e interés del viajero. No obstante, a pesar de esto, el regreso a los niveles de 2019 en términos de llegadas de turistas tomaría entre dos años y medio y cuatro años. Por ese motivo, será clave mantener la infraestructura del turismo en cada destino.