RepúblicaDominicana/ Tras más de tres años negando el permiso, el Ministerio de Medio Ambiente autorizó, bajo la administración de su actual titular Francisco Domínguez Brito, la construcción de un proyecto turístico-inmobiliario en medio de un humedal, manglar y dunas en el lugar conocido como La Boca, justo en el estuario que forma el río Yásica al desembocar en el Atlántico, en Cabarete, Puerto Plata.
El proyecto denominado “Villas La Boca Ecological Lounge”, de la empresa Dreams Endowment Corporation, representada por Alfredo José Gómez Aranda y cuya propiedad se vincula a Fabrice Grinda, un multimillonario francés dedicado al desarrollo de productos tecnológicos, ha sido criticado por la Asociación para la Protección del Medio Ambiente y Turismo de Cabarete y Sosúa (Asoprocaso) y la Academia de Ciencia, debido al impacto que puede producir en un ecosistema que catalogan como “frágil”.
El propio Ministerio de Medio Ambiente, en una comunicación que dirigió a la empresa en febrero de este año, indica que “considerando las características de fragilidad del área donde se propone ubicar el proyecto… y dada la presencia de la zona marina, el estuario del río Yásica, humedales y dunas, el proyecto debe estar limitado a la zona donde provoque el menor daño posible”.
Como parte del acondicionamiento del lugar para su desarrollo, han sido afectadas unas 40 tareas (unos 25,000 metros cuadrados) de mangles y alrededor de 1,200 metros de dunas.
Todavía en el Ministerio están en la fase de evaluación de un informe de inspección que sus técnicos realizaron al lugar el 29 de agosto pasado para evaluar los daños causados cuando los promotores del proyecto habilitaron un parqueo.
En dicho informe se establece que esos trabajos afectaron unos 1,200 metros de dunas, razón por la cual, el permiso ambiental se encuentra en revisión en la actualidad.
Los inspectores constataron que se había marcado un área con tubo de PVC, donde el promotor del proyecto dijo que construiría un camino entablado, pero el área se encuentra dentro de la franja de los sesenta metros y compromete la zona de uso público y las dunas, que según la licencia otorgada, no debía ser intervenida.
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